Continuando con esos 10 pasitos que nos llevarán camino del Marketing.
Vuelvo a mencionarlos, para que también veáis la
cronología: el mi al nosotros, de
la interrupción a la conversación, de la iniciativa propia a la iniciativa del
cliente: inteligencia colectiva, del producto al engagement, de la publicidad a la experiencia, del
ordenador al “siempre conectados”, del folleto a la recomendación, del
individuo a la comunidad, del egocentrismo a la reputación corporativa y de la
suposición a la analítica web.
5. De la publicidad a la experiencia.
Este paso, es bastante fácil de comprender en letras, pero
en concepto nos suele costar un poco más. Ya que, normalmente cuando comenzamos
a andar por primera vez en el mercado laboral siendo nosotros los responsables
de nuestro propio trabajo, ya sea un negocio, un club o tu mismo (con tu imagen
porque eres comercial o representante).
Lo que buscamos es
que nos conozcan lo antes posible, llegar a todos los lugares y la realidad es
que nuestro ímpetu, nuestras ganas de comenzar, nuestra ilusión y sobre todo
nuestra impaciencia nos incitan y nos impulsan a un marketing viral en masa, un
error típico de novatos, ¿no?
¿Es un error? Bueno si eres un magnate, que tiene
presupuesto de sobra para su actividad, pues… no te importará mucho el derroche
económico. Pero si eres un currante, con la maleta cargada de ilusión y de
esperanzas más que de billetes, mal vamos por ese camino, ¿no?
Así es como yo lo veo, (es mi opinión). Hoy por hoy, hablar
sobre crisis financiera es un poco agónico, porque el que más y el que menos la
padece, y la cifra de paro es bastante elevada, y ante esta situación siempre
hay dos enfoques. Dios… no hay forma de salir de esta (y me quedo en el sillón lamentándome),
o bien; Dios... no hay forma de salir de esta sino hago nada para cambiarlo.
PERFECTO ya tenemos la actitud, y nuestra mente comienza a dar vueltas y crea
una idea, y un impulso de positivismo y actitud y esperanza nos lanzan a por
ello de cabeza, y… lo hacemos bien, pero necesitamos clientes, ¿no?
Ahora tienes un producto o un servicio que ofrecer y lo que
quieres vender. ¿Qué hacemos? Lógicamente, usar todos los medios a nuestro alcance y bombardear a nuestros
clientes potenciales, con nuestras campañas, nuestro mensaje, lo que ofrecemos,
pensando que así llamaremos su atención y que acto seguido comprarán nuestro
producto. Tal vez esto, hace unos años, cuando todo era más abundante, era una fórmula posible y de éxito,
porque no.
Pero este tipo publicidad que se supone que haces, como se suele
decir va a peso, no haces no medidas de a dónde llega, a cuanta gente, cual su difusión
o su impacto. Simplemente tienes una partida de tu presupuesto, sea mayor o
menor, para marketing y compras los espacios o los soportes que consideras.
La verdad, si la situación del ejemplo es real, no hay mucho
margen para el error, cuando de dinero, pero necesitamos que nos conozcan, que
sepan dónde estamos, que hacemos, que ofrecemos. Y es imprescindible de buscar y encontrar el
equilibrio entre ese tipo de marketing en el que le gritamos a los clientes, EH ESTAMOS AQUÍ!!! Y el marketing, del pescador, utilizando una metáfora.
A que nos referimos con el marketing del pescador, no se llama así eh, pero es para que mentalmente
se visualice mejor. Pues es sencillo, se
trata de dejar de seguir a los peces, y asustarlos con las olas del barco, o
con nuestro entusiasmo. La pesca deportiva se trata de paciencia, hay que ser
paciente (siempre en la justa medida) y los pescadores de altura, también han
de usarla, mientras unos trabajan con cañas los otros lo hacen con las redes. Por
lo tanto, se trata de dejar de perseguir y comenzar a atraer a los clientes, perdón
a los peces.
Nuestro cebo¸ será
nuestra estrategia, las múltiples formas que tenemos de darnos a conocer, los
instrumentos de pesca, serán todos los medios a nuestro alcance, no se trata de
dinero ni de exceso de material, no por tener más vas a tener más éxito, sino
saber donde pescar y cómo hacerlo.
El esfuerzo hay que realizarlo en pensar, ¿Dónde están los
peces? Mis peces. ¿Cómo voy a encontrarlos? Los medios de comunicación y las
formas. ¿Cuál será mi señuelo? Si la mosca tiene que ser vistosa, nuestro
anuncio llamativo, pero… no te vayas a pescar ballenas a un muelle, ni le ofrezcas
una lombriz a un bacalao…
Debemos ser consientes de que lo que tenemos es para
ciertos peces, porque lo hemos creado para ellos, donde saber donde están y ofrecérselo,
hacerle ver que nosotros lo tenemos, y cuando lo necesiten, se acerquen y una vez que lleguen a nuestras redes,
tratarlos con mucho mimo y dejarlos libres de nuevo, volverán, eso sin duda.
Si te tratan bien, estas a gusto, si tienes buenas palabras,
buenos gestos… eres un amigo, parte de la familia, un compañero, y no habrá ningún
problema en esa relación, ¿no? Haz que tus clientes, formen parte de ese tipo
de relación, que sean un club exclusivo y no olvides regalarles tu mejor
sonrisa.
Si no olvidas el título del post, de la publicidad a la experiencia, se trata de todo lo que llevamos
hablado hasta ahora, donde el cliente es el centro y el motivo de todo tu
trabajo, y debes implementar su experiencia y sus necesidades en el proceso,
para que se sienta integrado y para que quiera acudir a tus redes, sin miedo a quitarle
todo el oxígeno o lo echen al fuego.
La paciencia, la observación y la dedicación hacen al buen pescador.
Es un articulo muy importante sobre publicidad y marketing. Son aspectos a tener en cuenta para garantizar una correcta puesta a punto de nuestro proyecto.
ResponderEliminarMuy buen trabajo
Saludos!
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